No se puede afirmar con palabras que de sueños uno vive, no se puede escribir con sueños de los que uno ya olvidó, se escribe con ideas y con verdades, con falacias incrustadas, con remembranzas llenas de neblina y centellares de alegrías, con diez mil desilusiones y con deseos existenciales; se escribe con amores atravesados y con peleas entrecortadas, con triunfos no merecidos y con derrotas jamás remuneradas, se escribe con agresiones y sobre todo con ignorancias, se obtiene cuando no se pide, y se pierde cuando se deja de necesitar. Se ciñe cuando se es débil y se derrota cuando es fuerte. Se enseña cuando uno menos sabe, y se aprende cuando más se conoce. Se quiere cuando más egoístas somos y se es odia cuando más nos interesa. Se dice cuando no se piensa, y se piensa cuando más atormenta. Se toma cuando está prohibido y se suelta cuando es indispensable.
Así es como se vive, por alguna razón la mayoría seguimos el mismo parámetro.