A escondidas me imagino tu risa enamorada. Me imagino tu mano tomada de la mía, con los dedos entrelazados como nos gustaba. A escondidas te imagino con los brazos abiertos. Imagino que se puede despertar juntos sin siquiera estarlo. A veces a escondidas me pongo a recordar las mañanas y las noches; los desayunos y las cenas; las risas y las tristezas; A escondidas y cuando nadie me ve me gusta ver la ciudad con una sonrisa poco disimulada.
A escondidas me gusta imaginarme que el mundo sigue siendo muy pequeño, pero siempre a escondidas.
