viernes, 9 de septiembre de 2022

La finitud de los inicios.




Las historias que más me gustan son las que tienen finales. La finitud permite revaluar actitudes y omisiones, permite ver cuáles son las cicatrices adquiridas durante las batallas internas, permite mirar las que dejamos en el camino, o bien, las que nos son arrebatadas.

La necesidad de los finales está sobrepensada. Llegar a la última línea, usualmente significa que ya hace tiempo se ha terminado. Y a veces da miedo, pero no da miedo el final, sino saber que después de ello, será diferente. 

Me pregunto sobre las palabras que hace tiempo dije, ¿habrán sido tan diligentes como las imaginé? ¿habrán significado lo que yo quise decir? 

Escribí, por ejemplo, nomeolvides, y curiosamente terminó. ¿Qué tan cierta es la imagen que tengo del recuerdo? ¿Cómo entonces puedo saber que lo que tengo en la mente de una historia fue tal y como yo hubiera pensado? Y si al final ¿la historia fue otra?

Estoy convencido de la necesidad de los finales. Aunque ello, sea una irremediable consecuencia de un inicio, por eso, las historias que más me gustan son las que tienen finales.

Ixt.

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