¡¡Joaquín, levántate!! no era necesario ese grito, porque Joaquín ya no estaba en su cuarto, era uno de esos días en los que despertaba y veía la luna por la ventana, así que corría a la azotea, donde podía contemplar el amanecer desde un punto bastante controversial...era un chavo, que la mayoría de las veces imaginaba que todo a su alrededor era música, simple música, no podía explicarlo con palabras, pero él podía sentirla, la música no paraba, no importaba la situación, el lugar, la hora, siempre la escuchaba en su cabeza, hoy...sólo tenía unos cuantos minutos para poder observar el amanecer, eran unos cuantos minutos de los cuales se llenaría de fuerza, para poder empezar una semana tan difícil, tenía miedo, todos lo tenemos, pero bastaba que lo resistiera dos segundos para que todo pudiera ser distinto...La batalla que debería afrontar se encontraba cerca, más de lo que él tenía contemplado, una batalla que decidiría el camino de todas las cosas, todo lo que haría, estaba en contra de todas sus normas, pero estaba totalmente decidido a hacerlo, era increíble que todos estos años viviera engañado, no podía entenderlo, ¿cómo es que una mentira podía a ver durado tanto tiempo? no lo entendía, pero no quería pensar en ello, espero a que el tiempo pasara, levantó los brazos y lanzó al aire un grito que simbolizaba el comienzo de la batalla...bajó, dio un beso de buenos días a su mamá, y ambos salieron de la casa, sólo para encontrarse, con ese dulce arcángel con el cual Joaquín debería combatir…
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