lunes, 8 de marzo de 2010

Sonrío

Sonrío y no dejo de sonreír desde que te conozco, es algo curioso que me sucede con tan sólo verte, con imaginarte, con pensarte, rememorarte, o dilucidarte de alguna extraña forma que sólo la imaginación puede lograr. Sonrío y vuelvo a sonreír, por saber que de alguna forma nuestros caminos se cruzaron, porque nuestras miradas se entrelazaron; sonrío porque sé que existes en un el mundo, y no sólo en el mundo sino en mi mundo; sonrío por cómo eres, sonrío por cómo me haces sentir, por cómo el mundo se reduce a segundos eternos, a instantes infinitos, sonrío porque por alguna extraña razón sé que cuando leas esto, una sonrisa, quizá pequeña, quizá grande, aparecerá entre tus labios, podría suponer muchas cosas, incluso, dejar que la imaginación vuele y no regrese por un largo tiempo, pero estoy aquí dejando las palabras, inmortalizándolas, quitándoles el tiempo, plasmándolas de manera que nunca se vayan, que nunca se pierdan.

No sé si al leer esto sientas lo que yo al escribirlas, no sé muchas cosas, quizá no sepa nada, pero sonrío y no dejo de sonreír.

6 comentarios:

  1. Sonríes, y esa sonrisa tan tuya resulta contagiosa, vuela a mi rostro y aparece como entre líneas. Sonrío, creo que tus palabras tienen ese efecto en mí.

    ResponderEliminar
  2. Nunca dejes de hacerlo!!
    Suerte : )

    ResponderEliminar
  3. ->>** sin palabras!!
    al parecer si tienen efecto!

    ResponderEliminar
  4. Que romántico, lleno de palabras que sólo quien ama o ha amado las entendería y es capaz de estremecerse al leerlo, que padre te quedo.
    Saludos!!!!

    ResponderEliminar