domingo, 7 de febrero de 2010

Llueven Ideas

Porque la tiricia es como las ideas que llegan cuando uno está solo. Cuando uno no se espera que las cosas pasen, simplemente pasan, en un mar de ideas, tratadas de ser ancladas con una caña que hace muchos años perdió su propósito. Porque es un mar de ideas que destruye, que aniquila, que comienza con un, Quiero que dejemos de ser amigos, así de sencillo empiezan las cosas, palabras aquí, palabras allá, algunas menos y otras más. Llueven mares, dijeron alguna vez, en alguna extraña metáfora, hoy los llueven y no se cansan de llover, incluso pareciera que nunca dejará de hacerlo, la tierra busca ordenarse, busca respirar, ya no sé si busca aniquilar, pero algo busca; siempre se busca algo, incluso hasta los que dicen no buscar algo, buscan algo. Alguien más responderá que así es la naturaleza, incomprensible, y cómo me gustaría que estuviera equivocado, y digo equivocado porque para mí es alguien del sexo masculino, no por sexista, sino porque así es como llegan las ideas, como gotas de agua que van mojando la cabeza hasta dejarla empapada, pero hoy es mejor que se inunden, que por un momento deje de pensar que lo que escribo es tan sólo causa tuya, de tu inmunda indiferencia, de tu superflua comprensión de lo que es mi cabeza, de querer imitar a la naturaleza, de querer ser incompresible para mí, pero ya he tenido suficiente con no poderla entender a ella. Las palabras siguen y yo continúo con un rencor que no me deja dormir, que hace que las lágrimas se confundan con la lluvia, por algo me gusta la lluvia, porque es cuando las ideas llegan y tocan a mi cabeza, porque es cuando me siento vivo, mermo las ideas porque siento que ya no quiero escribir, el porqué no importa, la pregunta instantáneamente cambia a para qué, para qué escribirte si de todos modos a ti ni siquiera te interesa, para qué desgastarme buscando las palabras adecuadas si no puedo ni siquiera encontrarlas, para qué redimir las groserías con las que te podría adjetivar si de todas formas no verás nunca las palabras que ahora te escribo. Porque aún cuando la naturaleza destruye, las lagrimas afloran, las ideas explotan, yo no puedo injuriarte, algo me carcome, me desmiembra, me deja deja sin un sable con el cual combatir. Palabras son muchas, circunlocuciones son demasiadas, ideas una infinidad, pero así son mis escritos, sin sentido, sin emociones, sin nada.

Porque la tiricia es como las ideas que llegan, cuando uno está solo.

2 comentarios:

  1. ¿Verdad que a veces dan ganas de separarse de la cabeza para no pensar? Ymás por las noches! a mi me gustaria quitarmela cuando me acuesto y dejarla en la mesita y al día siguiente ponermela de nuevo y listos! En cualquier caso te mando muchos ánimos.
    Un abazote!

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