No tenía las fuerzas necesarias para seguir escribiendo, eran tan difícil que le costaba trabajo terminar las oraciones, había sido un día sumamente pesado, las cosas no habían salido como él lo había pensado, y ahora estaba aquí, escribiendo como todas las noches de luna llena, había tantas ideas en su cabeza que no tenía ni la más remota idea de como juntarlas todas, en un simple historieta que nadie podría comprender, excepto él mismo, la manera era tan peculiar que mezclaba los tiempos, las personas, las situaciones y cada detalle que le llamaba la intención en una simple historia que relataba mucho más que su vida.
Pero hoy era sin duda, un día difícil para poner las ideas en papel, no encontraba la manera, y cada vez que se le ocurría una idea, la descartaba rápidamente porque no le parecía realmente convincente y, a pesar de todo, cada vez que lograba formar una oración, el tatuaje en aquella mujer regresaba a su mente, a penas había cruzado unas cuantas palabras, y ya tenía tantas preguntas que hacerle a esta mujer, que llevaba consigo un tatuaje de una hoja en la muñeca derecha, eran tan poco el tiempo que había pasado, y ya tenía cada detalle de su cuerpo grabado en su mente, solo era cuestión de tiempo para que lo aceptara, tenía tantas ganas de cruzar una mirada más con ella, que las horas, incluso los minutos se hacían cada vez más lentos, era tan lenta la espera, que se consumía su alma a cada instante y, así era la vida, ella ni siquiera sabía que tenía un novio en secreto, mientras él, reunía todas las fuerzas necesarias para seguir escribiendo, solo tenía que esperar un poco más para por fin, estar ahí, junto a ella, charlando como nunca lo había hecho jamás...viviría un instante que duraría 24 horas el tiempo que debería pasar para volverla a ver...
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