viernes, 25 de diciembre de 2009

La Biblioteca

Estás sentado en un sillón, un sillón muy cómodo, un sillón que para tu comodidad, es uno de esos que son giratorios, tal y como los que tienen esos ejecutivos que se dedican a sellar papeles y a sólo limitarse a firmarlos. Vaya que está cómodo el sillón. Cabe mencionar que éste se encuentra en el centro de la una gran habitación, comienzas a dar la vuelta lentamente para poder contemplar lo que tienes alrededor. Es una habitación grande, y lo primero que notas es a cinco personas que discuten de algo incoherente; uno de ellos tratando de tomar el control, tranquilizando a los otros cuatro o por lo menos lo está tratando. En la entrada principal se leen las palabras, Cerrado. ¿Pero qué es lo que está pasando? dices soltando las palabras tan bajo que bien alguien lo podría confundir con un suspiro. Continúas dando la vuelta a la silla, te percatas que de alguna parte de la habitación, se escucha un sonido tranquilizante, es piano. Claramente lo identificas, Chopin.

imageEstás sólo tú, sentado al centro de la habitación con un libro en la mano, que comizas a ojear dándote cuenta de que es un índice. El libro no es grande, a lo mucho serán unas 300 páginas. La letra es de tamaño normal, aclarando que es de ese tipo de letra que nos hace la ilusión de que se está leyendo demasiado aprisa.

De pronto algo sucede. Todo comienza a obscurecer, el joven que estaba tranquilizando a los demás, que a lo mucho tendrá unos 35 años, está en una esquina apagando interruptores causando que las luces de la habitación, una a una se vayan extinguiendo. Todavía no entiendes por qué estás en esa silla. Te llevas la mano diestra a la cabeza que parece que te va a reventar, tratas de hacer memoria para acordarte de lo que hiciste antes de despertar en aquella silla, una sensación de melancolía, junto con una gran parte de desesperación aparece dentro de ti pues lo único que te acuerdas es que por en algún momento del día no pudiste caminar más.                                                           

                                                          *   *   *

4 comentarios:

  1. wow! los escribis vos??? son tuyos???

    puedo robartelos?!?
    me sirven muchisimo para mis clases improvisadas de teatro!

    jajajaja!

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  2. quizas no pueda hacerlo todabia con los pies, esperando una palabra, un gesto, algo que derrita su miedo paralizante...

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  3. Guau... me gusto mucho
    Bien redactado :)

    besoss

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