martes, 29 de diciembre de 2009

Nuevo Día

Obscurece.

De un momento a otro decido cerrar el libro que me ha mantenido los últimos días desconectado de este mundo. Es extraño y por un momento me pregunto si soy el único al que después de leer le deja una sensación intrigante. A veces de melancolía, de reflexión, de sufrimiento, de felicidad o de todas juntas.

En mi laptop que decidí dejar prendida por dos razones: una de ellas es porque adoro leer con música, normalmente trato de buscar algo acorde a lo que estoy leyendo, algo así como para ambientar la lectura. La otra es porque estoy esperando que tal y como suceden las cosas “De un momento a otro” escuchar el sonido de que un correo electrónico tuyo acaba de llegar a mi bandeja de entrada. Hasta el momento eso no ha sucedido. Me da gracia la manera en que aproximadamente cada siete hojas, me detengo a ver si a causa del libro y de las imágenes que voy creando, tu correo llegó sin que me diera cuenta.

Lo más divertido del asunto es que cuando escucho el sonido, una sensación de alegría cubre mi cuerpo entero; tal y como he hecho las veces anteriores coloco el libro sin fijarme en qué página estaba y de un momento a otro, tomo la laptop la pongo entre mis piernas para checar si es tuyo. Hasta ahora van catorce veces las que me ha sucedido y desafortunadamente ninguno con éxito.

Ahora que tengo mi libro cerrado, y que ya he checado que no he recibido ningún correo tuyo, apago mi laptop y la pongo en el lugar que me queda más cerca, en este caso, mi buró. Me meto tranquilamente a la cama, prefiero dejar la cortina abierta. Prefiero quedarme viendo a la luna, y discretamente quedarme dormido.

A fin de cuentas e incluso sin haber recibido una noticia tuya, quiero que sepas que irrumpes en mi vida, no me molesta, me fascina, algunos no pueden ver leña ni en un bosque, yo no quiero ser uno de esos por eso te diré algo, ven, acércate, caminemos juntos, estoy dispuesto a todo, no quiero perder tiempo, dame tu mano si es que quieres la mía. Ven que de verdad quiero estar contigo. Por favor, Ven.

 

                                                              *     *     *

¿Sueño?

Miro hacia la ventana, veo las estrellas; la luna que hoy viene a visitarme, está enorme… me le quedo mirando y comienzo a perderme en mis pensamientos, sólo se escucha el piano, que muy probablemente sea mi papá tocando su melodía favorita, quizá sea una pieza que le recuerde algo de su infancia que por cierto y sin darse cuenta, ha hecho que empiece a recordar cosas que parecen estar almacenadas en la música, y que sólo ella puede sacar a flote.

         Inhalo.

Exhalo.

        Inhalo.

Exhalo.

                                                                                                 Rompo en llanto.

Estoy triste. Las lágrimas salen sin cesar y con ellas un lloriqueo que tengo que ir sacando poco a poco, un llanto insonoro. La razón muchos la deben conocer, No es bueno que te vean llorar cuando se supone que tú eres el eslabón que soporta la obra.  No puedo permitir que suceda. Así de sencillo. Por eso lloro tapándome la cara con las sábanas y colchas de mi cama, por eso cuando sé que no lo aguantaré más, apago la luz, cierro la cortina, e incluso a veces la puerta, para llorar tranquilamente.

Pasan unos cuántos minutos, no estoy seguro de que no hayan sido horas, ya no tengo más ganas de llorar. Hoy ya no tengo más ganas de llorar. Me volteo a causa de que una parte de mi cama y gracias a las lágrimas que derramé, quedó mojada. Me volteo, abrazo con fuerza mi almohada, y lo único que llego a pensar, es un pensamiento simple. Un pensamiento que llenará de esperanza mi corazón. Cabizbajamente lo único que llego a decir es:

Mañana será otro día; un mejor día.

 

                                                            *     *     *

Amanece. Despierto.

Abro los ojos. Sonrío, mientras estiro mis brazos, y siento que mi cuerpo está lleno de energía, tengo ganas de ir a correr. Todavía es temprano. El reloj marca las seis cincuenta y cinco. Me levanto con los ánimos en su máximo esplendor, me limito a buscar unos shorts y una playera, un par de calcetines y a enfundarme los tenis.

Hoy es un buen día para ser feliz. Hoy es un buen día para ser feliz. Me repito con una sonrisa de oreja a oreja. Aquí está la oportunidad que estuve esperando, un nuevo amanecer, una nueva oportunidad, así que no está de más, echarle todas las ganas. Antes de salir me detengo un momento en el quicio de mi puerta, alguien se quedó en mi cama, Melancolía y Tristeza alguien que no quiere ser una mejor persona el día de hoy. Yo, todavía no me rindo, todavía no. Salgo y con una gran sonrisa, recibo a un nuevo amanecer.

Dime algo ¿tú también te quedarás sin hacer nada?

3 comentarios:

  1. Vaya vaya que hermosas palabras, que dificil es estar en espera de la respuesta de esa persona que nos mueve no? me gusto mucho y si tienes razon, creo que tenemos algo en común, ambos deseamos que ese amor se de cuenta de lo que provoca en nosotros, muy bien, sigamos en este rollo de amor en espera o en silencio? que bueno q leiste el ultimo post, va acorde a este relato
    Un abrazo muy fuerte compañero de la ilusión ah y feliz año 2010 que venga lleno de ese amor anhelado no?

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  2. no se porqué hoy te entiendo profundamente :)

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