sábado, 21 de noviembre de 2009

Sólo Hablando

Y ahí estaban los dos, viéndose el uno al otro, platicando de tantas cosas que los temas jamás acabarían por cerrarse. Ya ni siquiera recuerdo con qué tema empezaron; probablemente fueron economía, historia, dios, amor, pobreza o algo que en este punto a nadie le viene preocupando. ¡Ah! y cómo olvidarlo, todo esto acompañado de un buen par de tragos.

Helos ahí. Riendo. Despreocupados, y tratando de olvidar un poco el mundo que tanto los llena de vida. Aún ellos no me han visto, y estoy seguro de que en toda la noche jamás se percatarán de que los estoy observando. Uno de ellos toma un vaso, lo levanta a la par que habla. El otro, lo mira y comienza  reírse. Es tan intrigante la escena que veo en este momento. Ambos saben que cuando se empiecen a vislumbrar los primeros rayos del sol, cada uno tomará un camino diferente. Al parecer nadie quiere comentar nada. Todavía no entiendo por qué las personas dejan lo más importante hasta el último. Por qué esperar hasta los últimos cinco minutos para decirle a una persona que ha marcado la pauta en tu vida. Y sin importar que los dos sepan que deberían comenzar a hablar, ambos están sólo hablando.

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