miércoles, 15 de julio de 2009

-----Noche Alguna-----

Cuando te vi aquella noche de verano, no hace mucho tiempo, tu cabello de oro caía hasta casi la mitad de la espalda, llevabas un bello vestido azul que hacía resaltar el tono claro de tus ojos. Estabas sola en una mesa, a pesar de que había suficiente gente en el salón. Frente a ti, sólo había un lápiz acompañado de una libreta. Nada más.

Caminé hasta la mesa donde se encontraban algunos viejos amigos. Al parecer todavía era temprano. Increíblemente el lugar donde tú estabas, era quizá el lugar más bello del salón. Había meseros por doquier, cosa que no me sorprendía, porque se llevaría a cabo una de las más grandes celebraciones del año. Cuando hube terminado de saludar a todos, discretamente volteé para verte una vez más, el reflejo del sol, sobre la inmensa luna, entonaba perfectamente con tu pálida tez que te hacía ver casi como un ángel, y digo casi porque nunca supe si tus alas aparecían cuando tú lo deseabas.

La dama que me recibió en la puerta me dijo que la acompañase hasta donde sería mi lugar durante la celebración, mi corazón se detuvo por un instante al notar que nos dirigíamos hacia tu mesa, desafortunadamente, mi lugar en estas fiestas organizadas por innumerables familias, era siempre el mismo, casi monótono pensé. Debía sentarme en la mesa principal, donde se acostumbraba que se sentasen, las familias que llevaban años conociéndose. Nuestras mesas había quedado paralelas, y no había mucha distancia, entre una y otra. Como había sido uno de los primeros en llegar, tomé el lugar que más me favorecía para poderte ver sin que fuera demasiado notorio.

Poco a poco la gente comenzó a llegar, y pude ver como uno a uno la mesa iba llenándose a tu alrededor. El señor del piano había comenzado a tocar, un Debussy suave pero claro se escuchaba con sus notas tan suaves como las nubes cubriendo todo a su paso. Sólo podía faltar una sola cosa para esta magnifica noche me dije a mí mismo, saber tu nombre. Tal vez es triste pero nunca esperé que me hiciera caso, estoy pasando los 60 años y aquella época donde aún temiendo un poco, caminaba firmemente hasta su lugar para poder entablar una conversación, pero aquellos días ya habían terminado.

Mi cabeza intentaba descifrar el nombre que tenías, uno que embonara con tal belleza y al mismo tiempo con esa enloquecedora dulzura que mantenías. Tal vez sea Helena o podría ser Casandra, esperaba que su nombre fuese griego pues eran mis favoritos.

La cena había comenzado, los meseros uno a uno fueron saliendo de la cocina con platillos exquisitos; pero no importaba, esa noche no tenía hambre. Me levanté de la silla y salí para poder fumar un cigarrillo que mi cuerpo ansiaba desde hacía varias horas. Era realmente una noche maravillosa, se divisaban muy pocas nubes en el cielo, y la luna era visible desde cualquier punto de la ciudad. Era una noche de pareja. Había decidido sentarme en una banca que estaba a cien metros de la casa, se me había ocurrido la vaga idea de que estando ahí, se mantendría la paz que reinaba cuando yo te miraba. blonde

Una voz tan dulce y llena magia habló a lo lejos por atrás de mi hombro, me levanté tratando de regresar al lugar donde me encontraba, estaba atónito, mi cuerpo trataba de moverse pero era imposible. Caminaba con tal gracia que parecía volar. Los tacones eran altos, pero se notaba que estaba acostumbrada a caminar con ellos. Su figura era espectacular, el vestido parecía echo a la medida. El cigarro cayó lentamente al suelo pero ella seguía caminando. Acarició con la palma de su mano, mi barba mal rasurada. Mis pulmones se llenaron de un hedor indescriptible pero inigualable. Quise mover mi mano y tocar su rostro y saber que era real. No pude decir nada, y cuando pensé que lo haría, me puso un dedo en la boca, haciéndome entender que debía callar. En todo ese momento no había parpadeado con el miedo de que si lo hacía desaparecería, no soporté más, y lo hice lo más rápido posible; cuando abrí mis ojos estaba detrás de mi a unos cinco o seis pasos, la voz más hermosa que había escuchado antes volvió a sonar -me gustaría tener un nombre y será el que tú me quieras dar.

2 comentarios:

  1. jajajaja woooow!!! jajaja
    bueno ya te lo habia dichooo pero me encantooo!! de verdad woow! jajajaja
    eduardiiniii tqmmm
    un beso!

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  2. Mi buen eduardo se que tu forma de escribir es mejor que la mia muy buenas historias, creo que fue de gran inspiracion para poder escribir lo que pienso, claro seran cuestiones diferentes. algun dia me gustaria que unieramos 2 historias es decir que se relacionen cada una en su blog correspondiente. kuidate amigo y sigue con esto que realmente a mi me insipra mucho. se le kiere.

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